La Belleza de Vivir
POR: David Cañedo Mesinas
Déjate llevar por la marea, déjate mover por la brisa del mar, déjate llevar por el soplido del viento, déjate caer como una hoja de otoño.
Caes, porque vas cayendo, porque la luna te admira, y el viento te susurra al oído.
Caes, pero porque te caes te levantas dormido, porque te vas meciendo en la aurora por el viento, calido y siempre suave.
Camina, y corre sin moverte, porque es la misma existencia la que te mueve, porque si eres ligera eres a la vez pesada,
Déjate llevar por la brisa de las palabras, déjate arrastrar por inevitable sinfín de versos, déjate cargar por la marea y terminar en una nube cual pluma de ave en el invierno.
Duerme, duerme en pleno día, porque la luna te admira y el sol te idolatra, despierta, despierta en plena noche, porque es la luna quien te habla, y el viento el que te susurra.
Las flores te alaban meciéndose, en una danza infinita en tu honor, hermosa,
Son las estrellas las que cantan en el coro, son las rosas las que bailan dulcemente, y es el sol, la luna y los planetas, quienes murmuran alabanzas infinitas en un espiral sensible de pureza encantada.
Dulcemente, te meces en la noche, los pájaros te miran desde sus nidos, poseídos por tu encanto, admirados de tu suave belleza pura.
Tus ojos, cual cristales encendidos, tus labios, cual pétalos de rosa, y tu hermosa piel, suave como la miel, que canta al hallar su parecido.
No son las aves quienes te alaban, ni los astros quienes te admiran, es la existencia misma quien encantada de haberte creado, se pavonea en la aurora de la luna, y canta infinitamente hasta llegar al cielo.
Son tus ojos los que derraman cristales de luna, y son tus labios los que cantan hermosas melodías, en las que las aves se inspiran, para encantar a la gente en las mañanas.
Es el amaneces quien te mira envidioso, y es el atardecer quien te ve sin poder decir palabras que describan tu belleza. La pura belleza de tus movimientos infinitos.
Duerme bella, duerme, para que la noche te acaricie suave, Oh madre celestial, tu pura hermosura admira a los mortales, es tu inocencia la que se ríe, y llora, porque es imposible ver la maravillosa luna sin cansarte de vivir lejos de ella.
Porque incluso el mismísimo sol siente envidia y se inclina, en forma de humildad. Pretexto quizás de tu belleza pura y celestial.
No es la rosa en si la que es hermosa, son las espinas que posee la que la hacen envidiable, no es la aurora de la luna la que hace de ella un trofeo divino, es la misma luna la que es perfecta.
Porque en el caos se hallará la perfección, y en la belleza se hallará la majestuosidad, Tú eres hermosa, Oh clemente, porque tu inocencia, tu luz y tu encanto te hacen admirable.
Es un brillo, una chispa, y un sinfín de diferentes aspectos lo que hacen de ti una preciosa, Oh libertad clemente, que le das al luchar un significado hermoso, aún cuando miles de personas derramen su sangre en infinitas batallas por ti.
Aún así eres hermosa.
Es preciosa tu divinidad, y es alabanza lo que mereces.
Vive hermosa luna, vive Preciosa rosa, y duerme perfecta noche, y dejen de envidiar a la belleza, por su puro encanto e inocencia.
Dejen de estar siempre adormilados, y despierten, encantados, solo por verla, y no por admirarla. Nunca podrán entender a la razón, y jamás podrán saber el secreto de la hermosura, así que solo les queda admirarla, y envidiarla eternamente, porque su belleza es única y así será por siempre.
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